La semana pasada, en la puerta del colegio he oído un comentario, habitual en muchas
madres: “mi hija no quiere comer nada de lo que yo preparo. Todo le parece
malo”. Como conocía a la madre y a la niña, he intervenido en la conversación
diciendo “¿Pero, ya dejas que tu hija se involucre en la preparación de los
menús?” La madre se ha quedado un poco sorprendida, su hija no
participa en la elaboración de la comida, y ha afirmado que intentará implicarla en la
elaboración de los platos.
¿Pero por qué es importante que los niños se impliquen en la elaboración
de la comida? Al cocinar, los niños aprenden a probar todos los alimentos,
descubren las propiedades y curiosidades que encierran, desarrollan algunas
destrezas manuales y cognitivas, y van sentando las bases de sus futuros
hábitos alimenticios. Además, conseguimos mejorar nuestra relación filial y
apoyar y dar herramientas a nuestros hijos para que quieran comer otros
alimentos.
¿CÓMO PODEMOS IMPLICAR A NUESTROS HIJOS EN LA ELABORACIÓN DE LOS MENÚS?
- Dejar que nos acompañen a realizar la compra. Muchos niños no han pisado nunca un mercado. Es un buen momento para que conozcan los alimentos, de donde proviene y no nos suceda aquello de: “mama, la leche no la producen las vacas, la leche viene del Tetra-brik”.
- Una vez comprados los alimentos podemos sugerirles que escojan lo que vamos a preparar. Es decir, si vamos a cocinar verduras, les podemos dejar que elijan entre puerro, judías o calabacín. Lo que no debemos permitir es que si hemos decidido que comeremos verduras acabemos dando arroz o pasta para contentarlos.
- Permitir que colaboren en el cocinado, siempre adaptando las acciones a su condición (edad, altura,..) para evitar riesgos y accidentes. Se les puede permitir lavar los vegetales, rebozar la carne, romper la cáscara de los huevos, enharinar el pescado, añadir sal a la olla, pesar los alimentos que se van a cocinar, medir cantidades (cucharadas, litros,…), elaborar albóndigas, rellenar libritos de lomo, preparar una ensalada, o una macedonia casera, batir el puré, vigilar el tiempo de cocción de un bizcocho dentro del horno o de una pizza,...
- Encargar a los niños que se ocupen de la presentación de los platos, pues a menudo la comida entra por la vista.
- Enseñar a los niños a preparar la mesa con todo lo necesario para disfrutar de almuerzo o la cena. Además de la correcta disposición de los platos y cubiertos, no deberá faltar nunca agua y pan.
La mejor manera de estimular al niño a comer
saludablemente es dándole ejemplo. Por ello procuraremos que nuestra alimentación
sea sana y variada, proporcionada, rica en nutrientes y completa, consumiendo alimentos
de todos los grupos.
Y recordad: La
mejor manera de conseguir que los niños coman de todo, es darles a probar de todo.
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