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martes, 7 de febrero de 2012

Sal de mi vida

La sal era usada por los romanos para el pago del trabajo de los soldados. Del término sal deriva salario (del latín salarium, pago de sal). Vemos pues, que desde antiguo ya se ha considerado la importancia de la sal para buen funcionamiento del organismo.

La sal (cloruro de sodio) es indispensable para la vida, pero nuestro cuerpo solo necesita pequeñas cantidades de sal para que funcione adecuadamente. Consumida en exceso es perjudicial para la salud, pues es una de las principales causas de la hipertensión arterial, y hace que las arterias, que transportan la sangre por el organismo, pierdan elasticidad y se vuelvan más rígidas, dificultando el trabajo del corazón y los riñones.
La sal es vital para:
•  Controlar la cantidad de agua del cuerpo humano, manteniendo el pH de la sangre.
•  Regular los fluidos del cuerpo.
•  Ayudar a la hidratación del cuerpo, introduciendo agua en el interior de las células.
•  Ayudar a transmitir impulsos nerviosos y a la relajación muscular.

Consecuencias no circulatorias derivadas del exceso de sal:
•  Dificulta la función de los riñones y predispone la formación de cálculos renales.
• Disminuye la cantidad de calcio en los huesos y genera una mayor tendencia a la osteoporosis.
•  Favorece la retención de líquidos: lo cual empeora el funcionamiento de los riñones, corazón e hígado y también genera edema e hinchazón de las piernas y los tobillos.
•  Favorece algunos tipos de tumores, como el cáncer de estómago.
•  Dificulta la función del aparato respiratorio pues empeora los síntomas del asma.
•  Favorece el sobrepeso y la obesidad.

En España, los datos actuales publicados por AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) sobre el consumo de sal de la población española, indican que se ingieren 9,8g de sal al día, cifra muy superior a la recomendada por la OMS, que es un máximo de 5 gramos de sal al día. Para lograr este objetivo de 5g/día, es necesario reducir casi a la mitad el consumo actual de sal. En vez de sal, podemos condimentar con especies aromáticas como el orégano, la albahaca, la pimienta, hierbas provenzales,... que modificarán el sabor de nuestros platos. No obstante, es recomendable que la sal utilizada sea yodada, para ayudar a cubrir las necesidades diarias de yodo.

La Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), dependiente del Ministerio de Sanidad elaboró en octubre del 2011 una web dentro del "Plan Cuídate más" para poder conocer la cantidad de sal que consumimos a diario, así como la cantidad de sal "oculta" que contienen ciertos alimentos. También se incluyen recetas y consejos sobre cómo cocinar de forma más saludable. Podéis ampliar la información en la web del Plan Cuídate más

Así que ya sabéis el consejo de hoy: "Menos sal es más salud!"

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