Múltiples consejos nutricionales, algunas recetas y varias pinceladas de información para hacer la vida un poco más saludable y feliz.

jueves, 2 de febrero de 2012

Sopa de Cebolla

En “Hoy comemos con...” empezamos una nueva sección iniciando las recetas. Procuraremos que sean sencillas y aporten información nutricional sobre el plato descrito.

Con la ola de frío siberiano que estamos sufriendo, qué mejor que una receta de sopa de cebolla.
Las cebollas son poco energéticas pues poseen 47 kcalorías cada 100 gramos de producto. Contiene 1,4 gramos de proteínas; 10 g de hidratos de carbono; 0,2 g de lípidos; 1 g de fibra. Es rica en calcio (32 mg), fósforo (44 mg) y potasio (180 mg). Además posee vitamina C (28 mg), algunas vitaminas del grupo B (B1, B2, B3 y B6) y ácido fólico (16 µg) (Fuente consultada: tablas de composición de alimentos de Novartis).

Pero lo que más destaca de las cebollas es su alto contenido en flavonoides y compuestos azufrados, a los que debe sus propiedades beneficiosas. Entre ellas destacan: favorecer la circulación sanguínea, ejercer un alto poder antioxidante, tener acción antiséptica y antibiótica y expectorante; prevenir las enfermedades cardiovasculares; ser diurética y depurativa.

Un truco: si al cortarlas sueles llorar, prueba de poner las cebollas 1 hora en la nevera, pues al estar más frías no liberarán las sustancias volátiles que irritan los ojos y provocan las lágrimas.

RECETA DE SOPA DE CEBOLLA:
Ingredientes (para una ración): una cebolla grande, un poco de aceite, 300 ml de caldo blanco (de ave), 3 rebanadas de pan, 3 cucharadas de queso rallado.

Preparación:
Poner el caldo a calentar. Pelar y cortar las cebollas en juliana (a tiras finas). Rehogarla con un poco de aceite en una sartén a fuego lento. Tostar las rebanadas de pan y ponerlas en un plato hondo. Cuando la cebolla esté hecha (adquirirá un color transparente) repartirla por encima del pan, cubrir con el queso rallado y regarlo con el caldo hirviendo hasta que quede bien cubierto.
Si apetece se puede incorporar al final una clara de huevo o un huevo entero, que se cocerá con el calor del caldo. De este modo el plato será más nutritivo (y podrá ser plato único).

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