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miércoles, 1 de febrero de 2012

La importancia de cómo comemos

El ritmo de vida diario nos lleva a ocasiones de estrés y falta de tiempo que nos hacen comer mal. Pero con un simple cambio de hábitos podemos mejorar nuestra salud facilitando la mejor asimilación de nutrientes y hasta bajar nuestro peso.

Es muy sencillo: debemos comer más despacio, saborear el alimento, masticar bien y disfrutar del momento de la comida. ¿Cómo hacerlo? Con estos cinco pasos se puede conseguir:

1) Buena presentación del plato:
El placer de comer se inicia con la presentación del plato, el aroma que desprende el mismo y el sabor del alimento en la boca, la disposición de la mesa,...
2) Bocados pequeños:
Lo recomendable es cortar los alimentos en trozos más bien pequeños, y llevar a la boca cantidades moderadas para poder masticarlas y saborearlas bien, en vez de tragar los bocados enteros casi sin masticar.
3) Comer despacio:
Si somos capaces de desarrollar el hábito de comer lentamente y retener el alimento en la boca el mayor tiempo posible para que se mezcle con una mayor cantidad de saliva facilitará la digestión, y disfrutaremos más del placer de comer.
Si comemos despacio, tendremos el tiempo suficiente para darnos cuenta de que estamos satisfechos y hemos saciado el hambre. La señal de sensación de saciedad tarda entre 20-25 minutos en llegar a nuestro cerebro desde el inicio de la ingesta de alimentos, por tanto, las comidas rápidas de 15 minutos no nos saciarán, y comeremos más cantidad de alimentos de los necesarios.
Ayuda en este hábito dejar los utensilios sobre el plato entre un bocado y el siguiente para evitar engullir rápidamente los alimentos.
4) Dedicar mínimo 30 minutos y en un horario fijo:
Procuraremos mantener unos horarios de ingestas regulares aproximadamente cada 3-4 horas. Recomendamos que la duración de la comida sea alrededor de 30 minutos: así facilitaremos la digestión al aumentar la masticación y salivación, disfrutaremos de los alimentos, y comeremos menor cantidad al respetar el mecanismo interno de aviso de saciedad.
5) Ambiente tranquilo, pausado y sin distracciones:
Tan importante es el alimento que tomaremos como el ambiente relajado y tranquilo. Procuraremos estar bien sentados y cómodos, que la temperatura ambiente sea óptima alrededor de los 18-20ºC.
Otra de las recomendaciones es, en la medida de lo posible, no mirar la televisión a la vez que comemos, para favorecer la conversación con los otros miembros de la mesa, hecho que nos ayudará a comer más despacio y facilitar el trato personal.

Si llevamos a la práctica estos 5 consejos quizás tardaremos unos minutos más en cada comida pero, sin embargo, los efectos sobre nuestra salud pueden ser muy beneficiosos.

Con esta aportación de hoy pretendemos concienciaros sobre la importancia de mejorar los hábitos diarios de conducta alimentaria. Os animamos a ir reconduciendo vuestros hábitos poco a poco, sabiendo que éstos no se modifican de un día para el otro, sino que la clave está en empezar a ponerlo en práctica!

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